Empacando Maletas
Mazatenango es un pueblo de fiesta pero también muy devoto católicamente; lleno de personas juiciosas pero también personas que tiene un corazón grande como para dar todo su dinero a todos los asilos de ancianos e indigentes que se encuentran justo en la bajada de la entrada de este pequeño pueblo.
Nací y crecí en este pueblo hasta mis 13 años de edad y luego me fui a la ciudad de Guatemala a terminar mis estudios. "Fue una infancia tanto agria y amarga como el sabor de la lima, y de hojas secas que cuelgan de su árbol en un día caluroso, y que al llover, brillan de gota en gota reflejando la luna en una noche fría. Dulce y placentera como el jugo de mango que sólo se da por temporadas y que al crecer la fruta, sus colores son tan resplandecientes como el sol en un día de verano"...
Al estar aquí recordé que era ser Carmen, que era ser yo y que no era algo malo ser yo de nuevo. Recordé que es vivir nuevamente con mis papás y pedir casi todos los días el pollo guisado que hace mi mamá y que no me canso de comer. Probar la horchata fría y escuchar todos los días pasar al señor de los cocos con su grito encantador y desentonado.
Recuerdo que siempre le decía a mis amigos que extrañaba la vida con mis papás; las conversaciones con mi padre y sus fotos de cada operación que hace y que las muestra de una forma tan detallada y en el mejor momento del día que es a la hora del almuerzo. Los tiempos de noche donde veo tejer a mi mamá viendo su novela de las 8:00 de la noche donde no toca más que agarrarle el hilo para entenderla y pasar tiempo con ella. Puedo decir que era tan grande mi anhelo que a mis 30 años de edad, 17 años después, Dios me cumplió ese anhelo.
Podría decir hasta este punto que la vida me dió un giro de 180 grados y me trajo aquí, a la tierra del venado, pero para mí fue Dios diciendo: "hija quiero que recuerdes quién eres, de dónde vienes y adónde debes de ir".
Ayer leí un artículo que decía que el tercer lunes del mes de Enero le llaman el "lunes azul o blue monday" dicen que es el día más triste del año porque se terminan las fiestas y es el día que regresas a tu rutina normal y sueles sentir una gran melancolía ¿pero me pregunto, a qué se debe este fenómeno o sentimiento? ¿es que tanto nos aferramos al pasado o a la idea de una vida de ilusión y perfecta que debería de ser o deberíamos tener?
Para mí, hoy, es mi día azul, pero no porque estoy triste o melancólica, sino porque tuve la oportunidad de que Dios escuchara de nuevo mi corazón y me diera unos meses con mis padres; que me diera unos meses donde podía ver el corazón de ellos y conocerlos como seres humanos, unos meses donde pude comprender que no importa donde estés o en que situación estés Dios siempre va a mostrarte su compañía y apoyo con las personas que menos creemos o incluso, queremos. Puede ser que ese apoyo venga de un hijo que no te llevas bien, de un padre que estuvo ausente, de un hermano con el que no hablamos en mucho tiempo o de un amigo que te lastimó o te defraudó. No sé de quién has recibido ese regalo pero eso, eso es el cuidado de Dios, así que si lo tenés, conservalo.
Hoy llego a la conclusión que mi día azul será ese día donde recuerde que tengo una segunda oportunidad de empezar de nuevo y de recordar que siempre voy a equivocarme, y que así como soy, es como debo de ser, que puedo crecer y aprender, pero no cambiar quién soy.
Así que espero que tu día azul esté lleno de una oportunidad más de sólo agradecer y decir "GRACIAS". Mientras yo aquí me despido y digo hasta pronto Mazate, hasta pronto recuerdos, y hasta pronto padres míos y queridos.
"Escúchenme, todos ustedes en tierras lejanas; presten atención, ustedes que están muy lejos. El Señor me llam{o desde antes que naciera; desde el seño de mi madre me llamó por mi nombre. Hizo que mis palabras de juicio fueran tan filosas como una espada. Me ha escondido bajo la sombra de su mano. Soy como una flecha afilada en su alijaba. Él me dijo: <<tú eres mi siervo y me traerás gloria>>. Yo respondí: <<¡Pero mi labor parece tan inútil! He gastado mis fuerzas en vano, y sin ningún propósito. No obstante, lo dejo todo en manos del Señor; confiaré en que Dios me recompense>>.
CarmenLi. E.
Felicidades Carmen por tu blog! Me encanta la forma en que relatas. Curiosa nota con la que me identifico bastante, gracias por compartir. Nancy
ResponderBorrarMuchas gracias Nancy. Gracias por leerme.
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